Testimonio de una paciente

Testimonio de una paciente

Por la importancia que tiene para nuestro trabajo, dedicación y entrega para con nuestros pacientes, os compartimos este testimonio de una de las personas que ha conseguido mejorar y alcanzar los objetivos que nos planteamos al inicio de su terapia, y que ha querido escribirnos esta descripción de lo que se lleva de su paso por Tu Psicólogo en Alcalá de Henares:

«He aprendido a controlar mi ansiedad en momentos puntuales, como por ejemplo, en situaciones sociales. Antes parecía el nerviosismo y los síntomas físicos (sudor, malestar, escalofríos) se apoderaban de mí. Ahora pienso que es un rato pasajero, que no se quedará ahí e intento concentrarme en lo que estoy haciendo o pensar en otra cosa para no darle a mi ese pico de ansiedad más importancia. Para mí esto es uno de los logros más importantes, ya que me ha permitido volver a disfrutar de ciertas cosas sin agobiarme y a poder dejar parte de la medicación que tenía por ello.»

«Ya no me tomo todos los comentarios del resto de personas como algo personal. Si bien es cierto que de vez en cuando aún me cuesta, ahora le doy una segunda oportunidad a mi mente y pienso: ¿es objetivo lo que estás pensando?, ¿estás teniendo en cuenta el contexto?, ¿Cómo te sientes hoy para interpretar esas palabras, puede estar influyendo?, ¿son realmente una crítica mala hacia ti o una indirecta? Gracias a esto doy una segunda oportunidad a las opiniones de la gente y a mí misma.«

«También intento, y ya muchas veces logro, que las opiniones de la gente no me afecten tanto. Cada uno tiene su opinión respecto a algo y no por eso la mía es menos válida o importante. Ahora doy más mi opinión en diferentes situaciones y puedo mantener la conversación sin sentirme más pequeña porque la otra persona piense que lo mío es lo que no vale. Lo que la gente opina no son verdades universales y yo tengo el mismo derecho a que lo mío sea válido o cierto.»

«Una de las cosas más importantes para mí es haber aprendido a no sentirme mal por sentirme mal. Antes intentaba disimular a toda costa que tenía un mal día, una mala racha, que quería llorar, que tenía ansiedad, que me encontraba mal por algo, que alguien me había dicho o hecho algo y que a raíz de eso me sentía mal. Ahora simplemente pienso que quien realmente esté interesado en ayudarme o saber, puede preguntar y no simplemente juzgar sin información. He interiorizado que sentirse mal es parte del proceso de recuperación y que no por eso soy menos ni peor que nadie. Ni mucho menos débil; al contrario, estoy muy contenta de haberme decidido a venir a terapia; creo que es un paso de gente valiente.»

«También he aprendido a no presionarme. Hace unos meses me metía prisa por estar mejor, por poder hacer mis cosas y mis rutinas… Desde que me he relajado en eso y he cambiado el discurso hacia mí, me siento más tranquila. Ahora me digo: “Vas despacio, pero vas hacia adelante, mira lo que has logrado hoy, hoy alguien te ha hecho sentir bien, has ayudado a alguien, hace unos meses no podías hacer X cosa y ahora sí”

«Vuelvo a felicitarme más frecuentemente sobre mis pequeños logros: haber tenido un buen día en el trabajo, haber cumplido metas con mi equipo de trabajo, ser capaz de hacer más vida social de nuevo, poder ir a un centro comercial de nuevo por placer, no ponerme tan nerviosa con estar con gente.»

«He vuelto a retomar o he empezado algunas actividades o rutinas que me hacen sentir bien y estoy siendo constante. Los hipopresivos, la bici en verano, ir a la fisio para que me ayude con mi dolor de piernas (esto ha mejorado mucho mi calidad de vida, ya que los dolores me limitaban a la hora de salir), he retomado a veces el pintar, vuelvo a leer más y estoy planteándome comprarme ese piano que llevo años mirando, ya que sé tocar y creo que me vendría bien como actividad.»

«He aprendido a intentar no hacer cosas sólo por complacer a los demás o por sentirme culpable de cancelar planes. Ahora digo cómo me siento y explico por qué no quiero unirme a un plan

«Aunque aún me queda por trabajar en esto, poco a poco mis “bucles” son más cortos. Cuando entro en una espiral de pensamientos negativos que se van encadenando y que, muchas veces, se convierten en revivir momentos pasados malos, soy algo más capaz de pararlos: pienso en otra cosa, cambio de actividad, hablo o llamo a alguien, hasta escucho música o toco la guitarra para poder concentrarme en la canción. Me repito a mí misma que ese bucle es algo temporal. Que lo que ahora me cuesta tanto o me preocupa dejará de tener esa importancia. Me doy margen y tiempo a mí misma e intento ser paciente conmigo misma. Me he dado cuenta de que soy muy paciente en mi trabajo, mi vida social y mi vida de pareja, pero es una paciencia que no tenía conmigo y que también merezco.»

«Aún estoy en proceso de asimilar que hay cosas que escapan a mi control y que si no puedo controlarlas lo único que está en mi mano es aprender a sobrellevarlas.»

«Siempre me he sentido culpable de todo, de casi todas las cosas que me rodeaban: enfados de otras personas, malos días de los demás, etc… Ahora también intento pensar con objetividad y preguntarme a mí misma si realmente tengo una relación directa con ese malestar o esa situación y me hago preguntas: ¿realmente has hecho algo inapropiado?, ¿estás realmente involucrada de algún modo en esta situación o sentimiento?, ¿estás confundiendo el haber priorizado tu bienestar con el que esa persona se sienta mal?, ¿es algo sobre lo que realmente puedas tener una influencia?»

«Aún me queda por trabajar mucho sobre la asertividad, que tanta falta me hace. Intento llevarla poco a poco a mi vida personal, ya que en la laboral siempre me ha costado menos. Aunque aún he tenido pocas situaciones creo que puedo ser capaz de poco a poco ir consiguiendo ser más asertiva aunque me cueste esfuerzo

«Una de las cosas más importantes que me llevo de la terapia es que me haya hecho ver que yo no era la culpable de las cosas feas que me decía o hacía mi expareja. A entender que hay cosas que no son normales, que yo no merecía y que mucho menos yo provocaba. Gracias a esto he entendido que era una situación que simplemente se ha cruzado en mi vida de esta manera y que yo he caído en la espiral de esta persona. He aprendido a sobreponerme a lo que otras personas de mi alrededor me decían: tú tienes la culpa, tú has hecho algo, si te trata o habla mal es por algo, tú lo permites, eres tonta, eres débil, a mí no me pasaría, yo si fuera tú…. Hasta me decían que quizá yo inventaba o imaginaba cosas…Y ahora me siento fuerte por haber podido ver las cosas desde “fuera” una vez pasada la tormenta, y me doy cuenta de que no era tan fácil salir pero que yo lo estoy consiguiendo. Y que todas esas opiniones de algunas personas me estaban haciendo daño y me hundían aún más. Ahora espero poder tener la capacidad de ver las señales en una futura relación de pareja de que esas cosas no deben estar ahí y saber cuando plantarme y cuando no; y también, poder ser más firme con la gente que opina sin tener toda la información.»

«La frase que resumen todo me la dijisteis en terapia: ahora tengo las herramientas que necesitaba, sólo tengo que ponerlas en práctica. Para mí haber adquirido esas herramientas, aunque me falte rodaje es lo más positivo que me llevo.»