
Una relación de pareja se podría definir como un vínculo afectivo de tipo romántico que se establece entre varias personas, independientemente de su identidad de género o su orientación sexual.
Por lo general, al pensar en una relación nos imaginamos una relación tradicional, es decir, monógama, heterosexual y cerrada, pero en realidad existen muchos otros tipos de relación como por ejemplo:
- Relaciones abiertas: existe una relación afianzada entre dos personas y se llega al acuerdo de compartir con otras personas únicamente lo sexual.
- Relaciones híbridas: son aquéllas en las que sólo una parte de la relación tiene una relación abierta. Es decir, son relaciones monógamas en las que una de las dos partes quiere experimentar y la otra no, llegando al acuerdo de abrir la relación sólo por un lado.
- Relaciones poliamorosas: más de dos personas comparten tanto la parte sexual como la parte íntima. Normalmente suele unirse una tercera persona a una relación ya existente, pero no tiene por qué ser así.
- Relaciones reconstituidas: relaciones en las que uno de los miembros tiene un hijo/a de una relación anterior.
- Relaciones asexuales: no existe la parte sexual bien por haberlo pactado así, por tener bajo deseo sexual o por esconder algún tipo de disfunción.
Basándonos en el modelo de relación tradicional al que estamos acostumbrados/as culturalmente, podemos distinguir distintas fases a la hora de definir una relación:
FASE DE ENAMORAMIENTO
Es el inicio de la relación, una etapa muy intensa en la que aparece una fuerte atracción por la otra persona, destacando la parte física y pasional.
Se recurre a la idealización de la otra persona, únicamente se perciben virtudes en la otra persona ( o no se perciben defectos o son mínimos), se pasa mucho tiempo en pareja y se suelen evitar los conflictos.
FASE DE NOVIAZGO
Se trata de una etapa mucho más tranquila, donde se empieza a conocer de verdad a la otra persona. Hay mucha más comunicación y los defectos salen a la luz.
También se comparten gratificaciones y actividades positivas, por lo que aumenta la sensación de bienestar al estar compartiendo cosas nuevas y diferentes con esa persona.
FASE DE COMPROMISO
Se inicia cuando comienza la convivencia, llega la estabilidad y el cariño. Ya hay un conocimiento claro de la otra persona, se da una “desmitificación” de la pareja, es una fase más madura.
Es en este momento cuando aparece la monotonía, las rutinas, responsabilidades domésticas…aspectos que durante las etapas anteriores no se daban y suponen una adaptación de la relación.
No todas las relaciones llegan a la fase de compromiso, ni se avanza al mismo tiempo, pueden aparecer celos, inseguridades, dependencia emocional…que habrá que gestionar en cada caso particular. Cada relación es única, depende de la personalidad de cada miembro, del concepto del amor que tengan y, algo muy importante, de las habilidades de comunicación, ya que se trata de la base sobre la que se construyen las relaciones, se llega a acuerdos, se dejan claros los límites y se facilita el poder llegar a una relación sana y duradera.
De hecho, la falta de comunicación es de los problemas más frecuentes en las relaciones de pareja por lo que, si crees que existe esta falta en tu relación, si tienes dudas con respecto a este tema o si queréis mejorar para poder llegar a una relación sana y estable, en Tu Psicólogo en Alcalá de Henares estaremos encantadas de atenderos.
Amaya Navarro Martín
Especialista en Terapia Sexual y de Pareja