
A pesar de no ser el motivo de consulta inicial, es muy común entre las personas que acuden a solicitar ayuda psicológica que estas expresen alguna dificultad repetida para gestionar determinadas relaciones familiares.
La familia es algo inherente a toda persona y siempre va a tener un impacto en nosotros, en nuestra manera de enfrentarnos al mundo. Esta influencia no es positiva en todos los casos. Cuando nuestro contexto familiar no es seguro, no es funcional y las personas que tienen que cuidarnos no lo hacen o al menos no lo hacen adecuadamente, puede que se trate de una familia con algunas relaciones no convenientes, que afecten al desarrollo y bienestar de las personas que se incluyen en ella. A este tipo de relaciones se les ha venido a llamar relaciones de familia “tóxicas”, pero vaya por delante que no nos gusta este término. Entendemos que este tipo de etiquetas peyorativas, si bien pueden ayudar a identificar problemas, por otra parte, siempre conllevan ciertos peligrosos riesgos. Por responsabilidad ética, en el resto de este escrito no vamos a seguir usando dicha etiqueta, aunque sea de uso (excesivamente) extendido entre los propios profesionales de la psicología para diferentes tipos de relaciones (p. ej. también se usa habitualmente para relaciones de pareja con este mismo tipo de problemática). De cualquier forma, lo que no se puede negar es que encontramos a menudo en consulta psicológica relaciones interpersonales que pueden ser muy poco convenientes para ambas personas (o un número mayor de personas) o sólo para una de ellas, por lo que una relación familiar, como en cualquier relación entre personas, también puede darse este caso.
¿De qué relaciones familiares estamos hablando?
Las familias con relaciones no convenientes son aquellas familias donde algunos miembros o todos ellos se ven significativamente afectados por dichas relaciones, tanto en su bienestar y desarrollo. Es decir, el contacto con la familia o el hecho de haber crecido en ella, perjudica la estabilidad y algunos comportamientos de la persona produciendo por ejemplo problemas emocionales. Este tipo de familias no permite el desarrollo libre e íntegro de sus miembros.
Cuando en una familia hay respeto, confianza y seguridad, los miembros se sienten libres, capaces de hablar y expresar sus pensamientos, deseos y necesidades. Sin embargo, en las relaciones familiares con este tipo de problemas hay un contexto de represión, control y sumisión de alguno de los miembros que no lo permite. Este tipo de dificultades se pueden producir entre cualquier miembro de la familia tanto directa, como política.
¿Cuáles pueden ser los indicadores de que se puede estar en una relación familiar no conveniente?
Rojas-Marcos en su libro “La familia” resalta que es muy difícil asimilar y asumir, e incluso darse cuenta de que la persona que nos puede estar haciendo daño es la misma que se supone nos tendría que proteger y cuidar. Algunos de los indicadores que pueden ayudar a identificar que una persona está en una relación familiar no conveniente son los siguientes:
- Problemas de comunicación: bien porque no hay ningún tipo de comunicación y los miembros son totalmente independientes. Bien porque las figuras de poder imponen su criterio, invalidando al resto de miembros.
- Manipulación emocional:familias en las que, para conseguir el afecto, se recurre al chantaje emocional, engaño o manipulación. Por ejemplo, los casos de alienación parental, donde el padre o la madre habla mal del otro progenitor con el objetivo de hacer una alianza en contra de la otra persona. O, padres que no ejercen como tal, pero ante la distancia del hijo manifiestan su dolor haciéndoles sentir culpables.
- Conflictos constantes:En estos entornos suele aparecer de forma bastante habitual la falta de respeto o incluso la violencia física o verbal. Ya sea entre los progenitores, o de un padre/madre a un hijo, o entre hermanos, los conflictos constantes pueden acabar convirtiendo a la convivencia familiar en algo insoportable e insufrible.
- Mezcla o intercambio de roles familiares:Hay ocasiones en la que los padres se comportan de forma más inmadura e infantil que los hijos y éstos acaban marcando límites a sus progenitores. En otros casos sucede que uno de los hijos hace una alianza con uno de los progenitores y acaba actuando como si en lugar de ser el hijo fuera la pareja del padre o la madre (es lo que llamamos triangulación).
- Críticas muy duras:En algunas ocasiones los padres pueden criticar las actitudes de sus hijos. Pero cuando estos comentarios son continuos y además no son nada constructivos. Este tipo de críticas también se puede dar de parte de hermanas o hermanos tóxicos o incluso de hijos a padres.
- Castigos por querer diferenciarse de la familia: Muchas veces las personas quieren diferenciarse y hacer cosas diferentes a sus familiares. Si tu familia se enfada o intenta castigarte en estas circunstancias, también podrían estar presentes algunas de las características de este tipo de relaciones. La consecuencia de esto son sentimientos de sumisión, dependencia y culpa.
- Permisión excesiva:Son familiares que no están pendientes de los otros y les dejan demasiado espacio. Esto puede producir sentimientos de abandono y culpa.
- Exceso de control:Controlar en exceso puede ser una clara señal de que existe una relación tóxica en la familia. Tanto es así que, en muchas ocasiones, los familiares tóxicos usan la manipulación para intentar controlar aspectos de la víctima ya sean cuestiones personales o profesionales.
- Sobreprotección e inseguridad:Las familias que tienen tendencia a sobreproteger generan sentimientos de inseguridad en los otros. Esto hace que cuando se tengan que tomar decisiones no puedan hacerlo por sí mismos. En otras palabras, la sobreprotección puede generar inseguridad y dependencia.
- Individualismo:Ocurre cuando algunos miembros tienen una desconexión emocional grande con otras personas. Son personas que actúan a favor de sus propios intereses y necesidades sin tener en cuenta a los demás. Son, por lo general, personas con poca empatía. Esto produce malestar y sentimientos de culpa en otros.
- Personas demandantes, chantajistas, sin límites y que no respetan el espacio personal de otros:Son familiares que intentan satisfacer sus propias necesidades, aunque esto suponga tener que pasar por encima de las necesidades de otros.
¿Cómo tratar de cambiar una relación familiar no conveniente?
- Desarrolla tus habilidades sociales. En concreto, utiliza la asertividad y aprende a decir que no. Aunque sea nuestro familiar, tenemos derecho a mostrar desacuerdo y decir que “no” cuando no queremos satisfacer los deseos de alguien, siempre y cuando lo hagamos desde el respeto.
- Nuestros familiares NO son lo máximo y no tenemos por qué obedecerles. En este punto la sociedad tiene mucho que ver. La creencia cultural de que le debemos respeto a nuestros familiares, sobre todo a nuestros padres. Constantemente hemos escuchado “la familia es lo primero”, “la familia siempre está ahí”, “la familia es la familia” etc. Si tus padres o cualquier miembro de tu familia te faltan al respeto o te impiden evolucionar, tienes derecho a alejarte de ellos y a no satisfacer lo que ellos te piden. No tienes porqué soportar un maltrato (sea físico y/o psicológico) porque sean tus familiares.
- Expresa tus sentimientos. Es importante que le digas a tus familiares cómo te sientes cuando actúan de una manera u otra. De esta forma, quizás, puedan tener una actitud más empática contigo.
- Aléjate. Si has hecho todo lo anterior y has puesto límites y, aun así, siguen en su empeño de tratarte habitualmente como hemos comentado, quizás lo mejor sea poner espacio y tener menos contacto con ellos. Incluso, llegado el caso, romper de manera indefinida vuestra relación. Recuerda que, aunque sean tus familiares, no tienes porqué soportar todo de ellos.
- Pide ayuda. En el caso de que por ti mismo no hayas conseguido resultados, te recomendamos que te pongas en contacto con un profesional de la salud mental. En Tu Psicólogo en Alcalá de Henares estaremos encantados de ayudarte, adaptándonos a tu caso individual y dotándote de las herramientas necesarias para conseguir tus objetivos.
Isabel Toldos Cañizares
Máster en Psicología Clínica Infanto-Juvenil