Regulación de la Activación Fisiológica

Regulación de la Activación Fisiológica

Regulando la Activación Fisiológica

La gran cantidad de preocupaciones diarias, unas agendas cargadas de eventos y tareas por realizar, o las dificultades y los problemas, pueden llevarnos a que la respuesta de estrés provoque en nuestro organismo una elevación en su activación, pudiendo llegar a niveles perjudiciales. Una elevada activación fisiológica, por encima de niveles óptimos, puede tener efectos negativos en nuestro funcionamiento diario; si se mantiene en el tiempo puede llegar a provocar problemas graves de salud.

Para conseguir rebajar esta actividad fisiológica y alcanzar niveles óptimos para el funcionamiento de nuestro organismo podemos optar por utilizar varias estrategias, no todas ellas exentas de efectos secundarios indeseables (p.ej., la toma de medicamentos ansiolíticos, o el consumo de alcohol). Así, leer un texto con una trama agradable, escuchar música, dar un paseo en la naturaleza, practicar Yoga, la meditación, o el ejercicio físico moderado pueden llegar a calmar nuestro organismo y conseguir un descenso saludable en su activación. La psicología clínica bebió de algunas técnicas milenarias orientales para inspirarse y adaptarlas a su uso en terapia que a la postre se han mostrado muy eficaces en el tratamiento de numerosos trastornos psicopatológicos.

Una técnica de regulación, La Respiración Profunda

Os dejamos instrucciones básicas para poner en práctica una de las técnicas que se utilizan habitualmente en la práctica clínica, la respiración profunda:

1. Aunque este ejercicio lo puedas practicar en diversas posturas, la más recomendable es tumbada/o boca arriba sobre una superficie bastante dura. Dobla las rodillas y separa los pies unos 20 cm., dirigiéndolos suavemente hacia afuera. Asegúrate de que tu columna vertebral está recta, y se mantiene recta durante el ejercicio.

2. Explora tu cuerpo en busca de síntomas de tensión.

3. Coloca una mano sobre tu pecho y otra sobre tu abdomen.

4. Toma aire, lenta y profundamente, por la nariz y siente cómo llega hasta tu abdomen, observando cómo se levanta la mano que habías colocado sobre él. Mientras, la colocada en el Tórax solo se moverá un poco y a la vez que el abdomen.

5. Coloca la boca como si fueras a apagar una vela, sin forzarla. Expulsa el aire suavemente, lentamente. Haciendo un ruido suave y relajante.

6. Concéntrate en el sonido y en la sensación que te produce la respiración y empezarás a sentirte cada vez más, y más relajado.

7. Haz unas diez respiraciones largas, lentas y profundas.

8. Al finalizar, busca síntomas de tensión y compara con los que tenías al comenzar el ejercicio.

(Extraído de Técnicas de Relajación, Blanca Mas, Editorial Klinik, 1999).

La constancia en el uso de esta estrategia tiene como consecuencia la obtención de considerables mejoras que tendrán consecuencias muy positivas para tu funcionamiento diario. Existen una gran variedad de técnicas de relajación  que se trabajan en una consulta psicológica con las que podrás obtener beneficios inmediatos en tu sensación de bienestar; usándolas habitualmente conseguirás proteger y mejorar tu salud.