
La adicción a las pantallas es una problemática cada vez más común, sobre todo en población infantil y juvenil. Muchas veces se utilizan por parte de las familias para distraer a los menores, ya que son muy fáciles de utilizar y crean en ellos un estado de absorción, pero esto puede ser un problema a medio y largo plazo.
A pesar de que las nuevas tecnologías tienen aspectos positivos, como que mejoran la motricidad fina, el aprendizaje autónomo y la coordinación, también tienen algunos problemas, como que no favorecen la socialización, generan una sobreestimulación sensorial y otorgan un refuerzo inmediato. Esto es peligroso ya que, al no haber demora de la gratificación, no generan un aprendizaje de tolerancia a la frustración. De este modo, los menores tienen dificultades para el uso de la atención mantenida en tareas que no sean tan inmediatas, pudiendo darse episodios de irritabilidad cuando se les obliga a dejar de utilizarlas. Además, el tiempo empleado en las pantallas es tiempo que no se utiliza en otro tipo de actividades lúdicas con, por ejemplo, juguetes que fomenten la creatividad y tengan una mayor riqueza sensorial.
El abuso de las tecnologías consiste en un uso excesivo de las mismas, de forma que se dejan otras tareas de lado, como pueden ser las académicas. Por otra parte, la adicción va un paso más allá, ya que se utilizan compulsivamente para buscar una recompensa inmediata o evitar el malestar que genera su no utilización. Su uso genera dopamina, un neurotransmisor que está relacionado con la generación de adicciones de cualquier tipo, ya que, al ser muy placentera, nos lleva a repetir las acciones que hacen que esta sustancia se genere. Puede haber consecuencias muy graves de este abuso o adicción, como abandonar las tareas escolares, conflictos familiares, trastornos del sueño, sedentarismo y obesidad, entre otros.
La Academia Americana de Pediatría ha definido cuáles serían los tiempos adecuados de uso de las pantallas en función da la edad de los menores, siendo los siguientes:
- 0 a 2 años: nada de pantallas.
- 2 a 5 años: entre media y una hora al día.
- 6 a 12 años: una hora al día con un adulto delante y nunca en las comidas.
- 12 a 15 años: una hora y media al día.
- Más de 16 años: dos horas al día.
Pautas terapéuticas para el uso de pantallas
- No utilizar las pantallas en las horas de las comidas, ya que impide la comunicación familiar y la atención plena en la comida.
- No utilizar pantallas después de cenar, ya que afecta a la segregación de la melatonina, que regula el ciclo del sueño, y sobre estimula el cerebro, cuando lo que queremos es que éste vaya entrando poco a poco en un estado de reposo.
- Enseñar un uso responsable y ético de las redes sociales.
- Supervisión y control parental en la utilización de las pantallas: regular y limitar las páginas webs a las que tienen acceso los menores.
- Enseñarles a tener un pensamiento crítico con el contenido que consumen, no todo lo que ven y leen en internet tiene que ser verídico.
- Ubicar las pantallas en zonas comunes de la casa.
- Ser como padres un ejemplo a seguir. Ya que los niños aprenden observando las conductas de los adultos, debemos hacer un uso responsable nosotros mismos de las tecnologías.
- Enseñar usos adecuados de las nuevas tecnologías, proponiendo alternativas de contenidos saludables y lúdicos que pueden consumir.
- Avisar al menor de que se le va a acabar el tiempo de uso de las pantallas cuando queden unos minutos, o enseñarle a leer el reloj para favorecer su autonomía.
- Buscar alternativas a las pantallas, como jugar con otros juguetes, juegos de mesa, leer, cocinar, salir al parque, hacer cosas en familia, etc.
- Llevar un registro con los menores para que sean conscientes de la cantidad de tiempo que utilizan las pantallas. Hay aplicaciones que pueden ayudar a contabilizarlo de manera objetiva, como “action dash”.
- Redactar y firmar entre toda la familia un contrato que regule el uso de las pantallas, especificando el tiempo y los momentos en que se puede hacer uso de ellas y las consecuencias de su no cumplimiento como, por ejemplo, no poder hacer uso de ellas al día siguiente.
Como sabemos que esto es un tema complicado, en Tu Psicólogo en Alcalá de Henares tenemos profesionales especializados en población infantojuvenil que pueden ayudar a tratar este tipo de cuestiones. No dudéis en contactarnos si nos necesitáis.
Lucía Pablos Domingo
Psicóloga General Sanitaria