
Durante el ciclo reproductor femenino predomina la función de dos hormonas sexuales: los estrógenos y la progesterona. El descenso de los primeros provoca cambios de humor, irritabilidad y depresión, mientras que su aumento incentiva los sentimientos de poder y competencia e incrementa la libido. Por otro lado, la progesterona puede dar lugar a sensación de cansancio y somnolencia, estimula el sueño y la irritabilidad.
En función de la fase del ciclo en la que nos encontremos, las concentraciones de estas hormonas serán mayores o menores, dando lugar a un patrón cambiante a nivel emocional, que puede varíar entre mujeres o en la misma mujer en periodos distintos.
Para ver estos cambios a nivel emocional, primero debemos saber que el ciclo reproductor femenino oscila entre 24 y 35 días y se compone de 4 fases: la fase menstrual, la fase preovulatoria, la ovulación y la fase postovulatoria.
1- La fase menstrual. Constituye los primeros 5 días del ciclo, cuando se produce el sangrado. En esta fase, tendemos a concentrarnos más en nosotras mismas, y nuestro cuerpo nos pide descansar y estar tranquilas.
2- La fase preovulatoria. Puede durar entre 6 y 13 días y se caracteriza por el crecimiento del endometrio. En esta fase son predominantes los estrógenos.
La combinación de las fases menstrual y preovulatoria se denomina fase folicular. Al inicio de esta fase los niveles de estrógenos y progesterona son bajos, por lo que podemos sentir una sensación de felicidad, renovación, alegría y optimismo, así como un incremento de nuestro apetito sexual.
3- La ovulación. Generalmente, tiene lugar el día 14 de un ciclo de 28 días. En esta fase, los niveles de estrógenos están en su punto máximo y los niveles de progesterona empiezan a aumentar. Debido a la alta concentración de estrógenos, aumenta la libido sexual, nuestra capacidad de toma de decisiones y nuestro rendimiento intelectual, tenemos más energía, nuestro estado de ánimo es, por lo general, positivo, y tendemos a preocuparnos más por los demás, ya que se despierta nuestro instinto maternal.
4- La fase postovulatoria o lútea. Constituye la segunda fase del ciclo, desde el día 14 hasta el día 28. Debido al aumento de los niveles de progesterona y la disminución de los estrógenos, en esta fase podemos sentirnos más ansiosas, deprimidas e irritadas, disminuye nuestra capacidad de concentración y aumentan las dificultades para retener información, tenemos cambios repentinos de humor y baja autoestima y somos más autocríticas.
Como podemos ver, durante la fase premenstrual se observa un estado de ánimo negativo e irritabilidad. Durante la fase lútea, se suelen producir síntomas físicos y psicológicos, como dolor de pecho y de cabeza, acné, irritabilidad, ansiedad, estado de ánimo depresivo y un incremento de la ingesta alimentaria y del hambre emocional, ya que los altos niveles de progesterona incitan a un mayor consumo de alimentos. Por último, durante la fase folicular se observan menos cambios de humor y de sintomatología física.
Es importante conocer cómo afectan nuestras hormonas sexuales femeninas y la fase del ciclo reproductor en la que nos encontremos en nuestro estado de ánimo y en nuestra energía. De esta manera, podremos poner en marcha, más que nunca, el autocuidado, y ser compasivas con nosotras mismas ante nuestros sentimientos de enfado, tristeza o cansancio. En Tu Psicólogo en Alcalá de Henares podemos ayudarte a entender tus emociones y a aprender a gestionarlas.
Paula Lamberti Peñas
Psicóloga General Sanitaria