
La ansiedad es una emoción básica, lo que quiere decir que todas las personas la experimentamos. La ansiedad es una emoción que cumple funciones imprescindibles para nuestra supervivencia, una característica que es común a las demás emociones. Una posible definición de la ansiedad podría ser que es un sistema biológico de procesamiento de información amenazante¸ o radar que permite prestar atención a información potencialmente peligrosa o dañina, que nos lleva a movilizar anticipadamente acciones preventivas. Esto quiere decir, por ejemplo, que, si se acerca la fecha de un examen, la ansiedad nos avisa de que debemos ponernos a estudiar; o también, si tenemos molestias y síntomas que sugieren que algo no va bien en nuestro organismo, nos aconseja pedir una cita médica.
La ansiedad toma prestados los recursos del miedo, emoción primaria que podemos considerar su prima hermana, aunque ambas se diferencian en algo fundamental. El miedo solo aparece ante estímulos necesariamente presentes en el ambiente, mientras la ansiedad puede aparecer aunque no halle físicamente ante nuestros sentidos el estímulo amenazante. De esta forma, la ansiedad obtiene su carácter preventivo y proactivo, tratando de anticipar las posibles amenazas, y motivándonos para actuar con suficiente antelación con el objetivo de tratar evitarlas o escapar de ellas.
Para llevar a cabo su función principal, por un lado, la ansiedad sesga la atención sobre condiciones ambientales que implican algún peligro, permitiendo el acceso prioritario a información almacenada en nuestra memoria sobre contextos amenazadores del pasado, y por otro, sesga la interpretación de situaciones que percibimos como ambiguas o inciertas convirtiéndolas automáticamente en potencialmente peligrosas.
Los posibles estímulos desencadenantes de la ansiedad son: 1) las situaciones que implican evaluación social; 2) las situaciones que implican una amenaza con un peligro físico; o 3) las situaciones que implican ambigüedad (p.ej., activación fisiológica o un estímulo que no sabemos interpretar). Sin embargo, puede suceder que el mero recuerdo o imaginación de situaciones amenazantes, simplemente pensar en el futuro con cierto temor, puede hacer que aparezca. Cuando la ansiedad aparece de esta manera puede convertirse en un fenómeno incontrolado y perturbador; si sucede con demasiada insistencia, puede convertirse en un problema o una dificultad que puede afectar de manera significativa a nuestra vida diaria.
La forma en que experimentamos la emoción de ansiedad se encuentra muy influenciada por el propio desarrollo de la historia personal, por lo que existen diferencias individuales en cómo nos relacionamos con ella. Los fenómenos que percibimos más relevantes con la emoción la ansiedad son la angustia, la preocupación y los cambios fisiológicos, que en conjunto suelen provocar sensación de tensión y malestar. En general, la ansiedad se convierte en un problema cuando no responde ante un verdadero peligro potencial, cuando su umbral de su disparo es demasiado bajo, o cuando aparece con demasiada frecuencia. Sin embargo, como se apuntaba al inicio de este escrito, no olvidemos que nuestra supervivencia depende de que dispongamos de la respuesta de ansiedad, incluso cuando debemos buscar ayuda profesional si llevamos demasiado tiempo encontrándonos mal por culpa de las consecuencias negativas de la propia emoción ansiedad. En Tu Psicólogo en Alcalá de Henares se tratan los problemas de ansiedad con fiabilidad y gran efectividad.