
A lo largo de los últimos años, y gracias a las redes sociales, se ha difundido y divulgado mucho acerca de la salud mental; ayudando en gran medida a visibilizar muchos trastornos y dificultades que se presentan a lo largo de la vida de las personas. A la vez que crece esta concienciación, se anima encarecidamente a las personas a empezar su propio proceso terapéutico, compartiendo frases como “todo el mundo debería de ir al psicólogo” “todos tenemos que curarnos algo” y junto a esto, también aumenta la desinformación y se expanden los mitos acerca de ir al psicólogo.
En este post abordaremos esta pregunta en detalle: ¿debería ir todo el mundo al psicólogo?
Para poder responder a esta cuestión, surgen otras más acertadas: ¿Qué personas van al psicólogo? ¿cuándo se va al psicólogo? Pues bien, asistir a terapia implica, la mayoría de las veces, tener un motivo de consulta. Es decir, tener una demanda de modificar o mejorar una dificultad o un malestar que se mantiene en el tiempo y que incluso está interfiriendo en otros aspectos de nuestra vida. Si bien es cierto que, bajo esta afirmación, es difícil saber exactamente cuándo o en qué momento acudir a un profesional, no hay una fórmula mágica que lo determine. Pero sí está claro que la vida está llena de malestares, situaciones difíciles y dolorosas o desagradables; y no por todas ellas precisamos acudir a un psicólogo. Los malestares puntuales son eso, puntuales, y en muchas ocasiones se tienen las herramientas para lidiar con ello. En el momento en el que una problemática puntual, por muy “sencilla” que parezca, nos supone un reto constante o una fuente de malestar intenso o duradero, sí que puede ser una buena razón para acudir a terapia. Por poner un ejemplo bastante ilustrativo: si caminando por la calle nos sobresaltamos ante el ladrido de un perro, probablemente no va a ser un motivo de consulta. Pero si por no pasar por delante del perro, todos los días cogemos otra ruta por la que tardamos mucho más, estamos hipervigilantes a la posibilidad de encontrarnos un perro o incluso evitamos las situaciones en las que creemos que podría haber un animal de esas características, sí que podría ser oportuno considerar asistir a un profesional ya que este miedo está interfiriendo directamente sobre cómo hacemos nuestro día a día e incluso aislándonos de ciertas situaciones.
Otro punto importante a destacar en la pregunta principal es su formulación: ¿” debería”? ¿” tiene”? Se aborda la duda de asistir a profesionales de la salud mental como un deber o una obligación que tienen todos los ciudadanos para ser personas más “funcionales o completas”. Pues adelanto la respuesta a la pregunta: no, no todo el mundo debería ir al psicólogo. Ante una problemática parecida en dos personas diferentes, quizás uno de ellos sea capaz de paliar o poner fin a la dificultad gracias a habilidades propias, ayuda de su entorno, experiencias previas o por un mero cambio en su contexto; mientras que otra persona decidirá o precisará de ayuda de un profesional. Ninguna de las opciones es más valida que la anterior. Simplemente ambas han intentado poner solución a su preocupación o situación, utilizando medios diferentes.
En conclusión, y respondiendo a la pregunta que da nombre a este post. NO, no todo el mundo debe ni tiene que ir al psicólogo. Ojo, afirmar que ir al psicólogo no debería de ser un paso indispensable en la vida de toda persona, no implica que el psicólogo no deba de estar al alcance de todos. Esperemos que la concienciación cada vez más extendida sobre la salud mental, pueda asegurar servicios de psicología al alcance de quien los requiera.
Si estás dudando sobre si tu motivo de consulta es “suficiente” para empezar un proceso de terapia, puedes contactar con “Tu psicólogo en Alcalá de Henares” y si, tras una evaluación de tu consulta, se considera que tu dificultad no es objetivo de atención clínica, te lo haremos saber con total honestidad.
Silvia Iglesias Otero
Experta en Terapia Infanto-juvenil