
El estigma y la discriminación afectan de manera negativa a muchas personas con problemáticas de salud mental. Tal es la repercusión que, por un lado, las personas con trastornos mentales deben afrontar por un lado su problemática de salud mental, y por otro lado, la discriminación que sufren por tenerla, dando lugar al estigma social que se le asocia.
¿Por qué existe el estereotipo de “enfermo mental”?
Los estereotipos forman una estrategia eficiente para categorizar la información sobre los diferentes grupos sociales, permitiendo generalizar rápidamente impresiones, características y expectativas sobre las personas que pertenecen a una determinada categoría social. Cuando nos encontramos con una persona se activan, automáticamente, los estereotipos que hemos construido alrededor de la categoría a la que pertenece. No obstante, estas simplificaciones contienen muchas inexactitudes y no se corresponden con la realidad de las personas sobre las que recae el estereotipo. Son varios los autores que señalan una serie de características o rasgos atribuidos habitualmente a las personas que tienen un trastorno mental: la peligrosidad, la incompetencia, la fragilidad, el aislamiento social, la dependencia o incapacidad para hacer tareas o la falta de control. Además, cabe destacar la tendencia generalizada a atribuir estas características más a las mujeres que a los hombres.
Este proceso incide negativamente en las personas, ya que perciben que forman parte de una categoría social que está asociada a características negativas, formándose así el autoestigma, puesto asumen como propios los estereotipos que se les atribuyen socialmente. Mientras las personas con trastornos mentales se autoestigmatizan, se va dañando su autoestima, autoatribuyéndose características con connotaciones negativas. Son dos los procesos que consolidan el autoestigma entre las personas que tienen problemas de salud mental: la etiqueta diagnóstica y las atribuciones del entorno social cercano.
La asignación de una categoría diagnóstica no sólo identifica médicamente cuál es la problemática que tiene la persona, sino que se convierte, en una etiqueta que se asimila hasta tal punto que constituye el autoconcepto, convirtiéndose en muchos casos en la imagen que la persona tiene de sí misma: la de ser una persona con un trastorno mental. Cuando estas personas asumen como propios estos estereotipos, la posibilidad de que se vean a sí mismas según estas características aumenta, esperando cumplir con las características que se les atribuyen socialmente. Así, es probable que las personas con problemáticas de salud mental realicen ciertas conductas habituales entre la población general, pero las reinterpreten como un efecto negativo de la sintomatología del trastorno.
Por otro lado, puesto que la imagen que tenemos de nosotros mismos depende de las valoraciones que recibimos de nuestro entorno social, el autoestigma se fortalece por las valoraciones del entorno social de la persona cuando les atribuyen rasgos rasgos negativos asociados al trastorno mental. La atribución social de rasgos negativos a las personas con problemas de salud mental provoca emociones como miedo o desconfianza, además de comportamientos discriminatorios como rechazo o evitación hacia ellas. Desgraciadamente, son muchas las personas diagnosticadas de algún trastorno mental que manifiestan haber sido tratadas injustamente por ello en algún ámbito de su vida (personal, social, laboral y/o sociosanitario).
¿Por qué hay discriminación en salud mental?
A pesar de que actualmente la atención de la salud mental, los tratamientos y el modelo hospitalario es muy diferente con el modelo médico pasado y la época manicomial, esta percepción se ha conservado durante muchos años y aún perdura en la actualidad, alimentando al estigma y a la discriminación y reflejándose en la dificultad para acceder a los servicios de salud mental por parte de los pacientes, quienes no buscan ayuda ni reciben el tratamiento adecuado a pesar de la existencia de tratamientos eficaces.
También los medios audiovisuales han contribuido a consolidar una determinada imagen del trastorno mental, como en películas y series que relacionan los trastornos mentales con el terror, la agresividad, y la impredecibilidad. Cuando los medios de comunicación utilizan expresiones discriminatorias en salud mental, ayudan a popularizarlas.
Por otro lado, se encuentra la falta de conocimiento e información sobre las diferentes problemáticas de salud mental por parte de la población general; mientras que otras enfermedades han recibido una importante atención y la población tiene conocimientos sobre su funcionamiento y los efectos que provoca, el ámbito de la salud mental es muy desconocido. La dicotomía mental/físico promueve la creencia de que es mucho más sencillo acompañar a una persona que tiene una enfermedad física y apoyarla que una que tiene una problemática mental.
La lucha contra el estigma, la discriminación, y la exclusión social de las personas con problemáticas de salud mental y de quienes les rodean es necesaria para conseguir sociedades socialmente justas que valoren, protejan y promuevan los derechos de todas las personas.
Tu psicólogo en Alcalá de henares lucha contra el estigma
Como se ha señalado, el estigma derivado del uso de las etiquetas diagnósticas está afianzado en la sociedad en general y en los profesionales de la salud mental, en particular. No obstante, en nuestro centro de psicología Tu Psicólogo en Alcalá de Henares, tenemos muy presente la importancia de la búsqueda de la plenitud y la integridad, por lo que tratamos de limitar en la manera de lo posible el uso de etiquetas diagnósticas. Los profesionales de este centro basamos nuestra asistencia en la intervención de las problemáticas que presenta cada paciente, orientada a la recuperación del paciente, con el propósito de contribuir a eliminar el estigma y la discriminación en salud mental que impiden el adecuado progreso del tratamiento.
Marta López Calero
Experta en Terapia Infanto-juvenil y Pareja