
Una de las “problemáticas” que acuden a una consulta de sexología es cuando en una pareja (o en relaciones de más personas) hay conflictos o dificultades por existir una habitual diferencia en las ganas o deseo de mantener encuentros eróticos. Vamos a hacer aquí una pequeña disertación sobre las diversas posibilidades por las que se producen estas diferencias.
Primero de todo, habría que advertir que el deseo erótico es un aspecto de la sexología que ha sido peliagudo de explicar por las y los profesionales que se han preocupado por estudiar cómo se inician y se mantiene las relaciones eróticas humanas. Supongo que este hecho ha tenido más que ver con la utilización de un enfoque teórico que no ha permitido su operativización, como así lo consigue el análisis funcional de la conducta (enfoque desde el que trabajamos habitualmente en Tu Psicólogo en Alcalá de Henares). De esta manera, para la mayoría de las personas que no se dedican profesionalmente a la sexología, al igual que sucede con el constructo “motivación” en un campo más amplio del estudio de la conducta humana, les ha terminado quedando, por ser mal explicado, que el deseo es un fenómeno que depende exclusivamente de la persona, individualmente, sin atender otras variadas circunstancias que influyen en que haya o no deseo por mantener prácticas eróticas. De hecho, la mayoría de las veces, las diferencias en el nivel de deseo erótico, tienen más que ver con una propia dinámica relacional; aspectos que tienen que ver con la historia de aprendizaje de cada persona u, otras circunstancias ajenas a la actual relación (p.ej. vivencias o experiencias previas a dicha relación; sobrecargas laborales; estados de ánimo depresivo; consumo habitual de drogas o medicaciones prescritas; cambios hormonales u orgánicos… etc.). Por tanto, por lo que argumentaba antes, si no se realiza una adecuada evaluación de estos casos, se podría centrar (erróneamente) el foco de atención en que hay que hacer para trabajar con el deseo, sin haber evaluado antes por qué no se está produciendo dicho deseo.
Sobrepasado este primer escollo, llegaríamos al tema que nos ocupa, lo que puede tener que ver con una problemática en los encuentros eróticos a causa de diferencias del nivel de deseo, en su mayor parte y como primera causa de dicha problemática. Lo primero que deberíamos observar y evaluar es si las diferencias están tanto en el nivel de deseo o si realmente las diferencias puedan estar más en el propio deseo. Así, a alguien le pueden pirrar las lentejas, mientras que a su partener erótico le pueden gustar poco, mientras que, sin embargo, a esta persona le pueda chiflar la pasta. Por tanto, aquí, la solución iría más por el camino de encontrar platos que les gusten a las personas involucradas en dicha relación erótica o erótico-amorosa, o bien tratar de encajar gustos y disfrutar de cuando toca comer lentejas y de cuando toca comer pasta, y por supuesto, que toque en más o menos igual medida de veces (vamos, que ambas personas estén bien servidas). Evaluado esto, habría que centrarse en como solventar lo de la diferencia en el nivel de deseo; dicho de otra forma, cuanto y la cantidad de veces que me apetece mantener dichos encuentros eróticos.
Algo que es muy importante puntualizar es que el hecho de que haya diferencias en el nivel de deseo erótico no es un problema en sí mismo, sino que el problema surge o puede surgir en cómo esto afecta a la relación; lo que nos lleva a trabajar en terapia el objetivo general de ajustar los deseos eróticos. Más específicamente, podemos enumerar algunos objetivos que se suelen marcar al trabajar eng este tipo de casos: reducir la monotonía de los encuentros eróticos; aprender a negociar las prácticas eróticas; ajustar expectativas individuales; fomentar las fantasías eróticas; aprender a gestionar la ansiedad; explorar prácticas eróticas alternativas …
En Tu Psicólogo en Alcalá de Henares disponemos de servicio de sexología con profesionales con la cualificación adecuada para poder ayudarte en caso de que necesitaras trabajar algunas dificultades que tengan que ver con tu sexualidad o tu erótica.
Francisco Morato Bermejo
Especialista en Psicopatología, Intervención Clínica y Salud