Tener una buena autoestima

Tener una buena autoestima

¿Cuántas veces has dejado pasar oportunidades porque no te veías capaz de ello? ¿Alguna vez has mostrado una imagen distinta de ti porque querías aceptación por parte de los demás? ¿Para realizar alguna tarea te hablas y te tratas desde la exigencia? ¿Consideras que eres un fracaso, un desastre…? Estas cuestiones y otras muchas tienen relación con lo que se denomina autoestima.

Pero, ¿y qué es la autoestima? Es la percepción que tienes de ti mismo/a, formada por tus creencias, pensamientos, comportamientos, sentimientos. Esto influye en la manera en la que te quieres, te aprecias como persona. Cómo te valores, te llevará a una determinada manera de afrontar las diversas situaciones que se te presenten, el estilo de vida que lleves en el día a día, condicionando la forma de actuar ante uno/a mismo/a y los demás, determinando los objetivos que te marques o decidas arriesgarte, …

¿Por qué es importante la autoestima? Pues bien, digamos que la autoestima es una fuente de seguridad que se va construyendo a partir de nuestra historia de aprendizaje, principalmente en las etapas de la infancia y la adolescencia. Puede que no seamos conscientes de todo este recorrido, pero sí que se puede hacer algo para cambiarlo en el presente. Si no se desarrolla una buena autoestima, podemos llegar a tener consecuencias negativas como inseguridades por no creer que podamos estar a la altura, desconfianza en uno mismo/a, estrés porque no nos permitamos fallar, atribución de culpabilidad por todo lo que pasa a mi alrededor, dependencia emocional, sentirnos no merecedores de elogios, cumplidos, entre otras. Por tanto, la autoestima es una necesidad básica y esencial que nos sirve para adaptarnos al mundo en el que vivimos, siendo un aspecto tan complejo como fundamental para tener una buena salud mental. En definitiva, nos haría sentir con el derecho de ser personas válidas de una forma positiva y realista.

Bueno, quizá ahora te preguntes, ¿qué hacer para trabajar la autoestima? Decirte que no es un camino fácil puesto que la autoestima no es algo estable, sino que está en constante cambio y evolución. Implica esfuerzo, constancia y dedicación para que se mantenga en el tiempo, sin embargo, merece la pena. En función de cómo desarrolles tu autoestima, así te vas a hablar, a tratar, a respetar, etc. Por tanto, no temas en cambiar aquellos aspectos que te produzcan malestar. Puede que, en un primer momento, te dé miedo, pero anímate y da el paso. Todo este proceso te hará crecer como persona. El conocimiento que vayas a adquirir, te va a permitir prepararte para aquellos desafíos que se te vayan presentando en la vida diaria.

Para tener una buena autoestima empieza por:

  • Escúchate para entender cuáles son tus necesidades. Cuídate, respétate, sana heridas procedentes del pasado. Realiza acciones encaminadas a sacar lo mejor de ti, que te proporcionen seguridad, autonomía en tus decisiones.
  • Prestarte atención. Céntrate en lo que quieras para ti y no en quién deberías de ser. No te compares con los demás. Obsérvate y conócete para saber hasta dónde eres capaz de llegar, no solo te fijes en lo malo.
  • No seas tan crítico contigo mismo/a. Sé más flexible, te ayudará a ir revisando y cambiando aquellos aspectos con los que no estés conforme. Cuida cómo te hables. Elimina frases del tipo “no valgo”, “no soy capaz”, “nunca lo haré bien”, esto solo te va a ayudar a que tengas sensación de que no eres válido/a. Identifica cuando te estés hablando así. Háblate con cariño, con respeto, deja de sabotearte, de autoexigirte, sustituye estas frases por “voy a hacerlo de la mejor forma que sé”.
  • Aceptación. Sé más comprensivo contigo. Desarrolla la capacidad de reconocerte y aceptarte con tus virtudes y tus defectos. Para ello, plantea objetivos realistas y las posibilidades para realizarlos.
  • Ayuda profesional. Si crees que es un proceso que no puedes hacer solo/a, en Tu Psicólogo en Alcalá de Henares estaremos encantados/as de acompañarte y ayudarte a mejorar tu autoestima.

 

Lorena García Calderón
Psicóloga en prácticas