Miedo o Ansiedad

Miedo o Ansiedad

La ansiedad es un sistema natural de alarma que mantiene una relación muy estrecha con el miedo.

Si lo pensamos, el miedo es una emoción adaptativa. ¿Adaptativo el miedo? Si, ¿o de verdad crees que podríamos sobrevivir si no le tuviéramos miedo a nada? Necesitamos que la alarma del miedo se nos active para poder escapar, o para poder hacer frente a las posibles amenazas. En la prehistoria, las amenazas solían ser animales salvajes. ¿Te imaginas tener a un tigre delante y no tenerle miedo? ¿Qué crees que pasaría? Pues sin miedo probablemente no sobreviviríamos.

Aunque hoy en día no solemos toparnos con animales salvajes, si tenemos otras amenazas que nos dan miedo: como ver la factura de la luz o el precio de la gasolina; la posibilidad de una tercera guerra mundial; o una pandemia que puede acabar con la vida de nuestros seres queridos. Las amenazas siguen existiendo, y por eso nuestra emoción de miedo es adaptativa. El miedo nos intenta proteger.

El miedo activa nuestro sistema de lucha-huida y nos prepara para afrontar las amenazas (ya sea haciéndoles frente o huyendo de ellas). Pero, ¿cómo activa el miedo el sistema de lucha-huida? Acelerando nuestra respiración, aumentando el oxígeno en sangre, acelerando nuestros latidos, calentando la musculatura, generando cortisol… Seguro que te has dado cuenta de algunos de estos síntomas cuando has sentido miedo.

El problema viene cuando el miedo se convierte en ansiedad.

El miedo se convierte en ansiedad cuando el sistema de alerta se activa ante estímulos que en realidad no suponen una amenaza, o cuando el sistema de alerta se mantiene activado durante tiempos muy prolongados. En estas ocasiones el miedo se convierte en ansiedad y, lejos de ser adaptativa, nos hace daño.

¿Cómo funciona la ansiedad?

Podemos decir que el miedo y la ansiedad existen en tres momentos diferentes: antes de que se presente la amenaza, durante el tiempo en que la amenaza se mantiene, y después.

El miedo, que es adaptativo, aumenta nuestra capacidad de atención para que percibamos mejor las amenazas incidentes. El miedo, que es adaptativo, nos lleva a hacer frente o a huir de forma proporcionada cuando se presenta la amenaza. Y, el miedo, nos ayuda a prevenir probables amenazas a través de la preocupación y de la resolución de problemas.

Sin embargo, ¿qué hace la ansiedad? Aunque la probabilidad de que aparezca una amenaza sea casi nula, la ansiedad nos mantiene en un estado de hipervigilancia. “¿Y si me pasa esto??Y si pasa lo otro…?” ¿Te suena? Por otro lado, cuando estamos ante una amenaza, nos hace responder de forma desproporcionada. Nuestra respuesta es excesiva a nivel físico y/o psicológico (nos falta el aire, tenemos taquicardia, nos bloqueamos a nivel cognitivo, etc.) y esto nos impide responder de forma adecuada. ¿Y qué sucede cuando la amenaza ya ha pasado? Que el sistema de alerta no se apaga, sino que sigue funcionando a través de las preocupaciones excesivas y de la evitación de situaciones “¿Y si vuelva a pasar? ¿Qué pueden haber pensado de mi cuando he dicho esa cosa? ¡No me va a dar tiempo a todo! …”.

¿Qué hago con la ansiedad?

En primer lugar, plantéate cómo notas la ansiedad. ¿La notas a nivel corporal? ¿Cómo se manifiesta en tu cuerpo? ¿Qué pensamientos se te pasan por la cabeza cuando te notas ansioso?

En segundo lugar, antes de pelearte con ella e intentar echarla de tu vida, piensa ¿qué mensaje crees que te está mandando esta ansiedad? ¿Qué es lo que la ansiedad te quiere decir? ¿De qué te quiere proteger la ansiedad?

Y, en tercer lugar, localiza aquellas herramientas que ya tienes y que te ayudan a apaciguar la ansiedad. ¿Haces alguna actividad que te relaja y que te desconecta de las preocupaciones? ¡Bien! Esa es una herramienta que ya tienes y que puedes seguir utilizando cuando te notes ansioso.

Sin embargo, quizá esto no sea suficiente. Quizá necesites pulir las herramientas que ya tienes o adquirir herramientas nuevas.  En Tu psicólogo en Alcalá de Henares estaremos encantados de ayudarte a conseguir apaciguar tu ansiedad y a convertirla en miedo adaptativo.

Recuerda: no es tanto que apartemos la ansiedad de nuestras vidas, sino volver a convertirla en miedo.

Andrea García Beato
Psicóloga General Sanitaria