Ansiedad por separación

Ansiedad por separación

El miedo a separarse de los padres es uno de los miedos característicos del momento evolutivo más representativos de la infancia, siendo muy frecuente que aparezca en niños de hasta 6 años (ocurriendo en la mayoría en torno a los 2-3 años de edad).  Nos ha parecido buena idea compartiros algunas herramientas que pueden ser útiles para que estos miedos no lleguen convertirse en una dificultad importante en el niño/a, y un problema significativo en la familia:

  • Realizar despedidas rápidas y rutinarias: Es aconsejable hacer señales de despedida, dar besos o incluso proporcionarles una manta de seguridad o juguete antes de irse. El tener una rutina puede ayudarle a su niño a sentir menos angustia y al mismo tiempo permitirle ganar confianza en su independencia y confiar más en usted.
  • Intentar establecer la misma rutina haciendo las mismas cosas a la misma hora todos los días, permitiendo al pequeño/a ganar confianza en su independencia.
  • En la despedida hablar de las cosas que se van a hacer después. Un ejemplo puede ser el decirles “Cuando termine de trabajar, vendré a buscarte y podremos ir al parque y jugar juntos en los columpios”.
  • Practicar las separaciones cortas y trabajar progresivamente para que puedan ser más largas. Es aconsejable probar inicialmente que el niño/a se quede con una persona de confianza mientras se hace un recado rápido, permitiendo al pequeño acostumbrarse a estos cambios. En estos casos se puede decir, por ejemplo, “Te quedas jugando con la tía y luego me cuentas lo que habéis hecho”. A continuación, es importante irse sin prestar atención a la reacción del infante. A la vuelta lo primero es preguntarle lo que ha hecho, reforzando su comportamiento con alguna frase tipo “Qué bien te lo has pasado jugando con tu tía”.
  • Poco a poco ir aumentando los tiempos y la dificultad. Un ejemplo podría ser pedirle a la persona que le cuida que vaya con el/la niño/a a un parque cercano o casa de alguna amistad con el fin de que esos tiempos puedan ser agradables. Posteriormente, dejarle en casa de amistades o familiares, durante mañanas, tardes, días enteros e incluso a dormir (siempre siguiendo una jerarquía de dificultad).

 

En el caso de que este miedo continúe más allá de esta edad y cause interferencia en la vida diaria del niño/a y adolescente podríamos estar hablando de lo que se conoce en el ámbito clínico como un trastorno de ansiedad por separación (TAS), caracterizado por un nivel de ansiedad excesiva e inapropiada para la edad y el nivel de desarrollo del niño/a o adolescente, relacionada con la separación de las figuras de apego (habitualmente los progenitores).

El TAS se pone de manifiesto de las siguientes formas:

– Malestar excesivo recurrente cuando ocurre o se anticipa una separación respecto al hogar o de las principales figuras de apego y en el caso de que haya separación, puede necesitar saber el paradero de estas y estar en contacto con ellas.

 – Preocupación excesiva y persistente por la posibilidad de perder a las principales figuras de apego (muerte, divorcio) o de que estas sufran daño (p.ej., accidente, enfermedad). Es común que se realicen conductas de comprobación como llamar por teléfono de una forma continua para saber si sus padres están bien.

 –  Miedo elevado y continuado de que se produzca un acontecimiento negativo que de lugar a la separación de la figura de apego. Es habitual encontrarnos en adolescentes en los que se evita ir a actividades extraescolares solos, no ir al colegio acompañado, realizar recados (como el ir a por el pan) por miedo a perderse o ser secuestrado.

– Resistencia o negativa persistente a ir al colegio u otros lugares como fiestas de cumpleaños de amigos, campamentos, casa de abuelos, etc.

-Resistencia o miedo excesivo o persistente a quedarse en casa solo o sin las principales figuras de apego, o sin adultos significativos en otros sitios. El niño incluso puede llegar a evitar quedarse solo en su habitación, presentar negación a ir a dormir sin sus padres. En relación a esto puede ocurrir que niños/as con dificultades de ansiedad por separación tengan pesadillas de una forma recurrente relacionadas con incendios, asesinatos o catástrofes que significarían la perdida de la figura de apego. Pueden trasladarse a la cama de sus padres o de un hermano o quedarse a la puerta del dormitorio paterno si no se les permite la entrada.

 – Quejas repetidas de síntomas físicos (como dolores de cabeza, dolores abdominales, náusea o vómitos) cuando se anticipa u ocurre la separación respecto a figuras importantes de apego. En niños mayores pueden aparecer palpitaciones, mareos y sensación de desmayo.

En la medida en que estas manifestaciones se hagan más patentes y causen trastornos importantes en la vida del infante o adolescente, y la familia, lo más recomendable sería visitar a un profesional de la psicología habilitado para buscar ayuda. En Tu Psicólogo en Alcalá de Henares somos especialistas en tratar este tipo de problemáticas de la infancia y la adolescencia, no dudes en contactar para pedir más información.

 

Remedios González Barbado
Experta en análisis y terapia de la conducta